miércoles, 28 de mayo de 2008

Recesión: una mala palabra

En EEUU hay una controversia sobre si la economía está en una recesión o no (ver comentario anterior). El gobierno dice que no, los críticos dicen que sí.

Los economistas, que para algunas cosas somos más vivos de lo que parecemos, escogemos a veces ser deliberadamente ambiguos. La teoría económica no tiene una definición formal y precisa para una recesión. Existe una definición convencional muy utilizada por la prensa: dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo. Sin embargo hasta donde entiendo (y por favor alguien corríjame si me equivoco) , esa definición no es utilizada por ninguna de las grandes instituciones multilaterales o gubernamentales de política económica (FMI, Banco Mundial, BID, CEPAL, OECD, etc.).

Es más, en EEUU el gobierno ha delegado el mandato de determinar las fechas de inicio y fin de las recesiones a una institución independiente, la respetadísima National Bureau of Economic Research (NBER, un think tank con sede en Boston), que utiliza la siguiente definición:

"una recesión es un declive signifcativo en la actividad económica que se extiende a toda la economía, con duración mayor a unos meses, con impacto en el PBI real, ingresos reales, empleo, producción industrial, y ventas minoristas".

La NBER además evita explícitamente usar el criterio de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo (aunque obviamente analiza el comportamiento del PBI).

En buen cristiano, lo que los genios de la NBER quieren decir es: si a ti te está yendo mal, si a tu vecino y al tendero de la esquina también, si escuchas que en tu trabajo todo el mundo está asustado, y todo esto dura bastante, entonces estamos en una recesión.
Para una profesión con pretensiones de ciencia esto nos deja muy mal parados. Pero pensémoslo bien: ¿qué mejor definición de una recesión que aquella que la misma gente siente, sin impotar si el PBI crece poco o decrece por dos, tres o más trimestres?

El punto es que hacen mal los economistas en permitir que los políticos se aprovechen de la ambiguedad de su terminología para esconder la realidad.

La realidad es la siguiente:

  • En los últimos dos trimestres el PBI de EEUU ha crecido sólo 0.6% y 0.9% por trimestre. Ni siquiera en la recesión del 2001 hubo dos trimestres consecutivos con un crecimiento tan bajo (más bien se alternaron trimestres con crecimiento sólido y negativo). Es más, la última vez que eso ocurrió fue en la recesión de 1990.
  • El empleo no agrícola en EEUU ha estado bajando, y los sectores más afectados son los más intensivos en mano de obra: construcción, comercio, y manufactura.
Es claro que la situación es bien complicada y que el bolsillo de la gente está sufriendo. Si no encaja a la perfección en una u otra definición de recesión ya pasa a ser anecdótico y queda para discusiones teóricas. En la práctica, lo más prudente es asumir que se está en una recesión y no concentrarse en polémicas más semánticas que económicas.

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