miércoles, 30 de abril de 2008

Uy, qué miedo

Mohamed El-Erian es un árabe que maneja muchísima plata (más de US$700 billones en activos, es decir, 7 veces el PBI peruano) a través de Pimco, la compañía de fondos de inversión que dirige. Durante mucho tiempo fue el principal comprador de bonos soberanos peruanos y un gran entusiasta de las perspectivas del país (en el 2005 pronosticó correctamente que en un par de años el Perú alcanzaría el grado de inversión).

En un artículo publicado recientemente en el Financial Times El-Erian dice que lo peor de la crisis en EEUU está por venir. En resumen, lo que dice es que la crisis comenzó en el sector financiero y de ahí se extendió al sector industrial, pero ahora los consumidores americanos están siendo golpeados por todos los frentes (precios al alza, crédito escaso, activos inmobiliarios que valen menos) y eso está creando fuerzas recesivas que se originan en el sector industrial y que más bien amenazan al sector financiero (pronostica que los bancos pequeños y medianos en EEUU podrían tener problemsa si las empresas comienzan a refinanciar créditos).

Entonces podría venirse la madre de todas las recesiones en EEUU.

martes, 29 de abril de 2008

¿Una patada a Proinversión o un cachetadón a los ministerios?

En su columna de Perú.21 Alfredo Bullard dice que si se transfiere la responsabilidad de concesionar y privatizar de Proinversión a los ministerios la agenda política de estos interferirá en el proceso. Es un punto interesante y vale la pena explicarlo un poco más, porque creo que es la clave del asunto.

No sé qué criterios se tuvieron en cuenta cuando se creó Proinversión, pero me queda claro que el diseño que hoy tiene ayuda a aislarla de ciertas presiones políticas. La máxima autoridad de Proinversión es un directorio en el cual tienen asiento siete ministros y el premier, y éstos nombran a un director ejecutivo para que se encargue de la conducción operativa de la institución. La ventaja de que las grandes decisiones privatizadoras sean tomadas por un grupo de varios ministros es que se aislan los factores políticos que afectan sólo a uno de éstos.

Por ejemplo, imaginemos a un ministro de Energía y Minas débil, que está siendo atacado por ONGs o por sindicatos mineros, y que necesita recuperar capital político para poder llevar a cabo algunas reformas. Lo último que querrá ese ministro es meterse a privatizar algún activo (una mina, una planta eléctrica, etc.) del estado que le pueda generar más problemas (oposición de sindicatos, gobiernos locales, etc.). Eso es algo que ni siquiera aparecerá en su agenda.

Sin embargo, si la decisión no depende solo de él si no de un grupo plural de ministros, el peso de la presión de esos grupos de interés que afectan al ministro de Energía y Minas se diluye, y la decisión se toma sin tanta interferencia.

Por esa razón dudo que las privatizaciones y concesiones se avancen mucho en manos de los ministerios. Ahora que la violencia física se ha convertido en el nuevo estándar de sanciones en el gobierno, la Mano Invisible le daría un buen cachetadón al que haya tenido la idea.

viernes, 25 de abril de 2008

La mejor lección de economía: nunca vendas acciones cuando estás prendido

Una entrevista a Charles Schultze, un reputado economista americano que fue asesor económico principal del presidente Carter, que contiene varias perlas legendarias de sabiduría económica.

miércoles, 23 de abril de 2008

El ojo del amo engorda al ganado, ¿y el ojo del funcionario público?

El auditor interno Banco de Materiales (responsable precisamente de evitar fraudes en la organización) es uno de los varios funcionarios que recibieron de la institución créditos hipotecarios que no les correspondían.

Los directores y maestros de colegios públicos reciben en promedio S/.300 soles por alumno, por cobros indebidos a los padres de familia.

11 hospitales del Estado no cuentan con medicinas básicas.

Cada 24 horas Sedapal tira al mar de Lima el equivalente a dos estadios nacionales llenos de caca licuada.

Todas estas noticias son sólo de los últimos 3 meses (es decir, más de un mega escándalo por mes). ¿A alguien le queda alguna duda de que la administración pública es pésima?
Según el gobierno, esto se corregirá con la nueva ley de la carrera pública, que establecerá criterios de desempeño y mérito como determinantes de ascensos y remuneraciones. Eso aliviará los síntomas, pero no curará el mal.

El problema real es que cuando el Estado tiene a su cargo la prestación de servicios públicos nadie es dueño del valor que se crea para el ciudadano, y por eso nadie se esfuerza en mejorar las cosas, en reducir costos, en asegurarse de que no hay ningún sinverguenza haciendo fraude. ¡A nadie le importa mucho! El empresario privado tiene claro que su ojo engorda al ganado, pero ¿qué le importará al funcionario público que el ganado engorde o se muera de anemia, si su situación no cambia en ninguno de los dos casos?

Y este no es un problema exclusivo de los países sub-desarrollados o con instituciones democráticas incipientes. El funcionario público es el mismo acá, en Suiza y en todos lados. El Credit Lyonnaise fue un mega banco del Estado francés que quebró por una pésima gestión y por interferencias políticas. La Compañía Británica del Carbón era una de las empresas públicas más grandes del mundo, y durante décadas operaba la mayoría de sus minas a pérdida (y cuando el gobierno de Thatcher quizo cerrarlas se enfrentó a una de las protestas más largas y multitudinarias de la historia). Los ejemplos pueden seguir y seguir.

El punto es que mejorar nuestra gestión pública es importante, pero no corrige el problema de ineficiencia y corrupción en la prestación de servicios públicos. Esto sólo se corregirá privatizando, concesionando, o cuando éstos no sean políticamente viables, encontrando mecanismos alternativos que en la práctica tengan el mismo efecto (con un razonamiento algo diferente, Gianfranco Castagnola publicó una opinión similar en Perú.21).

martes, 22 de abril de 2008

La cosa se puede poner fea, ¿qué piensan el MEF y el BCR al respecto?

Hace casi dos años publiqué un artículo en un boletín electrónico de la UPC, en el que temerariamente sostenía que en los próximos cinco años la economía peruana crecería en promedio cerca al 3.5%. Obviamente me equivoqué (y con roche, por lo que probablemente sea uno más en justificar las numerosas y despiadadas burlas que se hacen de los economistas), pero aunque fallé en el número, todavía no se puede decir que fallé en el concepto, e incluso creo que es posible que en este no llegue a fallar (y esto no es un patético intento por rescatar algo de mi pronóstico).

Había dos ideas fuerza detrás del artículo: la primera que el Perú estaba sujeto al vaivén de la economía global, si a esta le iba bien, al Perú le iría bien, si a esta le iba hasta las patas, al Perú le iría hasta las patas; la segunda, que en estos cinco años veríamos una tremenda recesión global.

Ya es claro que el quinquenio estará marcado por la crisis financiera, lo que no queda claro es si nos afectará mucho o poco. Hasta el momento, la mayoría cree que poco.

Las recesiones en EEUU en los últimos 40 años han durado entre 2 y 3 años. Una de las características más salientes de éstas ha sido el retroceso en la inversión privada (como muestra el gráfico abajo, extraído de una presentación del economista de Berkeley Brad de Long).

Si seguimos con la regla de los 3 años, esta recesión duraría hasta fines del 2009. Si la reducción en la inversión es muy fuerte (como en el 2000), el efecto sobre el consumo en EEUU sería también fuerte. Eso podría tener dos efectos sobre el Perú:

1. Una reducción en los precios de los metales industriales, vía una menor actividad de la economía china.

2. Una reducción en nuestras exportaciones no tradicionales (por el menor consumo en EEUU).

Ambos efectos podrían ser moderados o dramáticos, eso dependerá de la magnitud de la recesión en EEUU. Pero como siempre, hay que estar preparado para lo peor. Lo preocupante es que hasta el momento ni el MEF ni el BCR han dicho claramente qué medidas tomarían o están preparándose para tomar.

jueves, 17 de abril de 2008

Suave con el arroz

En lo que va del año el precio internacional del arroz se ha más que duplicado por causa de sequías y otros problemas con los cultivos. Nuestras importanciones de arroz están creciendo, y si bien el precio local ha subido, aún le falta mucho para alcanzar el alza de la cotización internacional.

Si durante este año el precio del arroz al consumidor tuviese un alza desmesurada (digamos más de 50%) el gobierno podría estar en serios problemas. En Haití el Primer Ministro recientemente fue despedido por su incapacidad para responder a las protestas sociales originadas por el aumento del precio de los alimentos, especialmente del arroz. Claro, no somos Haití (que además importa la mayoría del arroz que consume), pero tampoco pensemos que estamos tan lejos.

miércoles, 16 de abril de 2008

Jurgen Shuldt: control de capitales y devaluación del sol

Jurgen opina que las medidas adoptadas por el BCR (ver comentario) equivalen a un control de capitales y tendrán el efecto de revertir la apreciación del sol.

Lo curioso es que hasta el momento ningún banco (éstos suelen ser los principales enemigos de cualquier cosa que se parezca al control de capitales) ha opinado de forma clara al respecto. ¿Habrá pasado piola? ¿No le dan importancia? ¿No se han dado cuenta? Hasta ahora es un enigma.

Volverán los odiados golondrinos

Con el perdón de Bécquer (y de los lectores), pero me la pusieron en bandeja:
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Volverán los capitales golondrinos en el Perú sus activos a comprar
y otra vez especulando el tipo de cambio apreciarán
pero aquellos que a partir del 5 de mayo* ningún banco local recibirá
aquellos que Renzo Rossini* desprecia sin piedad
esos....¡no volverán!
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Volverá Eduardo Farah* al MEF a criticar
y otra vez con su voz estrepitosa a Luis Carranza atacará
pero aquellos industriales que realmente quieren trabajar
aquellos que saben que aún con apreciación no dejan de ganar*
esos...¡ya no fregarán!
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*El 5 de mayo entra en vigencia la ultra radical medida adoptada por el BCR de aumentar el encaje marginal a 120% a las obligaciones en moneda nacional de entidades financieras no residentes. Es decir, por cada sol que una entidad financiera extranjera quiera depositar en un banco peruano, el banco local tiene que guardar S/1.20. ¿Así quién quiere recibir depósitos?
*En una entrevista al diario Gestión el 11 de abril Renzo Rossini, gerente general del BCR, dijo que los capitales de corto plazo "ya no son bienvenidos aquí...mejor que se vayan".
*¿Qué más quiere Eduardo Farah? En su draconiana propuesta de hoy sólo le faltó incluir el encarcelamiento de los inversionistas extranjeros de corto plazo. Parecería que su estrategia es pedir medidas extremas, para finalmente lograr respuestas moderadas.
*Un estudio del propio BCR concluye de manera impecable que la apreciación real del tipo de cambio no tiene mayores impactos sobre la rentabilidad y expansión del sector exportador no tradicional, salvo en el caso del textil, que por tener sus ventas altamente concentradas en EEUU sí está siendo afectado.

sábado, 12 de abril de 2008

La inflación y la tentación populista

La inflación tiene muy preocupado al presidente Alan García y no es para menos, el aumento de los precios tiene un costo político alto para cualquiera (ver comentario anterior y encuesta de Ipsos-APOYO), pero uno especialmente alto si en un gobierno anterior le esfumaste el patrimonio a medio Perú por una pésima política económica que terminó en hiperinflación.
Pero la respuesta de García ante esa preocupación lo está conduciendo a un peligroso callejón sin salida. El presidente se empeña en prácticamente prometerle a la población que la inflación bajará en los próximos meses mientras que sigue reventando cohetes por la noticia del grado de inversión (para una muestra reciente ver nota de Correo).

El problema es que los pronósticos más serios señalan que los precios de los alimentos (hasta ahora el principal impulsor de la inflación) no bajarán en los próximos meses, y el grado de inversión, si bien es una excelente noticia, no llevará a que en el mediano plazo haya más plata en los bolsillos de las personas de niveles socioeconómicos bajos.
Con el tiempo esto puede restarle credibilidad al Presidente, aumentar el descontento, y eventualmente empujarlo hacia políticas demagógicas para mantener una base de respaldo popular. Si alguien no cree que el alza de los alimentos puede conducir a conflictos sociales serios, que se fije en lo que sucede en la Argentina, donde los agricultores pusieron al gobierno en jaque con un paro agrario de casi un mes.

Si las cosas se siguen poniendo feas, el Apra podría recurrir a alguna de las siguientes medidas del repertorio populista (ordenadas de mayor a menor, según su nivel de toxicidiad):

  • Control de los precios de los alimentos: se están usando en Venezuela y an algunos países africanos y asiáticos, es poco probable que el gobierno lo intente a menos que la situación política sea realmente explosiva. Crea mercados negros y en el mediano plazo empeora el problema al desincentivar la expansión de la oferta.
  • Control de precios "light": en México el gobierno orquestó (¿o forzó?) un acuerdo entre productores y comercializadores para atenuar las subidas del precio del máíz. Así como Del Castillo convenció a las mineras del aporte voluntario, podría intentarlo con productores y comercializadores de alimentos clave.
  • Ventas subsidiadas: el gobierno compra alimentos y los vende a precios subsidiados. Puede tener consecuencias similares a las del control de precios.
  • Reducción temporal del IGV a los alimentos: es poco eficiente y luego puede ser políticamente complicado subir el impuesto. Aún así sería más potable que las anteriores para el ministro de Economía y el sector corporativo.
  • Reducciones arancelarias: ya se hicieron las más evidentes, podrían venir más para otros productos de consumo diario.
  • Transferencias de efectivo: siempre y cuando estén bien enfocadas, serían la mejor opción. La duda es si el gobierno cuenta con la capacidad institucional para hacerlo bien y sin correr el riesgo de que el proceso esté plagado de escándalos de corrupción.

viernes, 11 de abril de 2008

No me digan que no tienen aspirinas

Hay una canción de Juan Luis Guerra que relata los infortunios de un desdichado que ante un quiebre de su salud cae en un hospital “de gente, supuestamente”, y tiene un estribillo que dice algo así como: “no me digan que no tienen anestesia, no me digan que el estetoscopio está de fiesta, no me digan que el alcohol se lo bebieron, ni que el hilo de coser lo bordaron en un mantel”. Esa lírica surrealista le cae perfecto a los cientos de pacientes de once hospitales del Estado que según un informe de la Defensoría del Pueblo no cuentan con medicamentos esenciales de alta rotación (es decir, que se necesitan a diario, como anestésicos, sueros, antibióticos y anti-inflamatorios).

Tan pronto se publicó la noticia varios funcionarios públicos saltaron a explicar que se trata de un problema de eficiencia logística. ¿Será tan complicado abastecer a un hospital de medicinas básicas? El que esto suceda sólo en hospitales estatales y no en clínicas privadas señala que el problema no es una mala gestión, si no la propiedad estatal del hospital. La salud pública tiene el mismo problema que la educación pública. En un comentario anterior La Mano Invisible explicó por qué los directores y maestros de colegios estatales se las ingenian para cobrarle a los padres de familia en promedio S/.300 al año por cada niño matriculado (a pesar de que en la educación pública debería ser gratuita): así crean un mercado negro por la prestación de sus servicios educativos, en el cual ellos lucran por su chamba. Es lo mismo que ocurría con la extinta y estatal Compañía de Teléfonos: si alguien quería una línea, o esperaba tres años o le pagaba al técnico una súper coima para que se la instale de inmediato. No es que hubiese escasez de líneas, sino que al técnico le convenía ofrecer el servicio por lo bajo.

Lo mismo ocurre en los hospitales públicos: si alguien quiere medicamentos tiene que comprarlos con su billete en un mercado negro creado por los funcionarios públicos, o esperar a que se “solucione el problema logístico”. ¿Por qué esto ocurre en proveedores estatales? Porque en una empresa privada un funcionario que hace bien su trabajo, cumple con sus objetivos y atiende bien a sus clientes, puede recibir bonos, aumentos, ser ascendido, etc. Si en una institución pública (hospital, escuela, compañía de teléfonos, da lo mismo) un funcionario se esfuerza por que los ciudadanos sean atendidos de maravilla y por reducir costos, no recibe ni una palmada en la espalda y más bien sus compañeros lo miren feo. En las instituciones públicas no existen incentivos al buen desempeño, por eso los funcionarios buscan lucrar por lo bajo. Un cachetadón para los que todavía no entienden eso y siguen haciendo demagogia con la falsa gratuidad de los servicios públicos.

sábado, 5 de abril de 2008

Pesimismo a lo Bruno Seminario

En entrevista con Gestión, Bruno Seminario, el "John Nash" de la Universidad del Pacífico (por brillante y excéntrico), muestra su escepticismo sobre las buenas noticias de la economía peruana. Critica al MEF, al BCR, y revela su desconfianza sobre la salud del crecimiento económico y su desempeño ante la crisis en EEUU.

Algunos aguafiestas del grado de inversión

Pocos, pero los hay. Humberto Campodónico y Kurt Burneo ven un lado menos favorable de la noticia.

Mi alcalde, el cobrador de impuestos

La Mano Invisible nunca ha sabido de nadie que reciba con alegría y entusiasmo el día del pago de impuestos, por más sentido de la equidad social que se tenga. Por eso nadie tiene a la Sunat en su lista de instituciones favoritas. Es más, la fiscalización a lo Gestapo que caracteriza a la Sunat la ha convertido en un recaudador muy eficiente pero muy temido y hasta detestado.

Ahora, imaginemos que la recaudación de ciertos tributos pasa a ser responsabilidad de los municipios. ¿Tendrían el mismo vigor inquisidor y fiscalizador, que para algunos es casi rayano en el acoso tributario? ¿Qué alcalde querría convertir su municipio en una Sunat en miniatura? ¡Ninguno! A diferencia de la Sunat, que es una entidad relativamente aislada de la influencia política, el municipio es político por naturaleza, el alcalde se debe a sus electores y lo común es que aspire a la reelección o a un puesto político de mayor jerarquía. La Mano Invisible está convencida de que la proliferación de las amnistías tributarias en los municipios es un reflejo de que los alcaldes evitan a toda costa el rechazo de la gente que vive en su distrito, y si pudiesen vivir a punta de deuda -sin tener que recaudar tributos- probablemente lo harían (después de todo, ¿no lo han hecho presidentes anteriores con el gobierno central?).

Es por eso que la propuesta de transferir funciones recaudadoras a los municipios no puede funcionar. Los alcaldes siempre serán unos pésimos cobradores de impuestos.

Otra más sobre la colegiatura para publicistas

Si alguien tiene dudas de que es una iniciativa nefasta, La Mano Invisible le recomienda el excelente libro del economista Morris Kleiner, sobre los efectos del extensivo uso de las colegiaturas y licencias profesionales en EEUU (donde por causa de lobbies gremiales, hasta los barberos requieren colegiaturas en algunos estados). El libro provee abundante evidencia de que en la mayoría de casos las colegiaturas aumentan sustancialmente el costo del servicio y no tienen ningún efecto importante sobre la calidad.

jueves, 3 de abril de 2008

Hay que colegiar a los podólogos, maestros de meditación y decoradores de oficinas

¿Acaso los podólogos, que tienen en sus manos una parte tan importante del cuerpo, no deberían ser acreditados profesionalmente por una asociación que certifique su ética y conocimientos? ¿Y qué de los decoradores de oficinas, cuya labor tiene un impacto importante sobre la vida de miles de personas?
Esas reflexiones se hacía La Mano Invisible mientras leía un artículo publicado por la publicista y columnista de El Comercio Arabella Krateil, en el que promueve un proyecto de ley para crear un Colegio de Publicistas. Las razones que esgrime son las siguientes:

  • "Miles de peruanos están expuestos a la publicidad", "es innegable su importancia en el mercado moderno" y es una industria que mueve sumas de dinero importantes.
  • "No existe un colegio de publicistas que censure, habilite o garantice su labor", por lo que la publicidad puede ser ejercida por "técnicos con limitados conocimientos".
  • Los beneficiados de esta iniciativa serían los consumidores, las empresas, y los publicistas (que "reclaman para su profesión el mismo rango y consideración que cualquier otra").

A La Mano Invisible se le escarapela la piel sólo de pensar que podría existir un Colegio de Publicistas que habilite o censure a quienes ejercen esa labor. No sólo porque las razones expuestas son aplicables a una infinidad de profesiones (si hay que colegiar a alguien La Mano Invisible votaría por las manicuristas), si no porque el efecto sería el de limitar la cantidad de personas que ejercen el oficio y aumentar el costo de los servicios publicitarios.

En el fondo, lo que sostiene Krateil es que está mal que cualquiera pueda ejercer la publicidad. Según ella porque hay que defender a los consumidores y a las empresas del daño que pueden causar publicistas ignorantes o irresponsables. Pero si las empresas necesitasen protección uno pensaría que tienen los recursos y capacidades suficientes como para crear algún tipo de certificación, y no lo han hecho. Y si los consumidores necesitasen protegerse también la hubiesen buscado. Pero no, son los publicistas los que piden la creación de su Colegio.

Ocurre que Krateil termina revelando un motivo que para La Mano Invisible es determinante: los publicistas reclaman rango y consideración. Esto puede equivaler a que reclaman mayores honorarios. Lógico, como muchos saben, hoy la publicidad es una actividad relativamente mal pagada, pues existen pocas barreras a la entrada (puede ser ejercida por cualquiera que tenga creatividad, facilidad para aprender a utilizar herramientas de comunicación, y habilidades de expresión). Para que los amigos publicistas puedan engordar su billetera, no hay mejor mecanismo que limitar la entrada a la profesión, para que sólo aquellos que han estudiado publicidad o que se han colegiado puedan ejercerla. El resultado: ante la menor oferta de publicistas, éstos reclaman mayores salarios. Por eso, merecen un cachetadón.