miércoles, 26 de marzo de 2008

¡Por fin una discusión práctica sobre las respuestas al aumento de precios!

El lunes el gobierno finalmente dio el primer paso hacia la búsqueda de mecanismos que permitan aliviar los efectos de la inflación sobre los más pobres, sin introducir distorsiones en los mercados (ver comentario anterior).
La Mano Invisible cree que el pelotón de economistas que comentaba al unísono que no hay un problema de inflación (ver artículo de Daniel Córdova hoy en El Comercio) conminando al gobierno a no introducir medidas populistas podía haber dedicado sus energías a orientar el debate hacia la búsqueda de paliativos para los segmentos más golpeados, para darle así salidas políticamente viables al gobierno.

Por ejemplo, Carlos Adrianzén hace algunas semanas comparó la situación del aumento de precios con la de un avión que pasa por una zona de turbulencia, donde lo único que el piloto puede hacer es pedir calma y paciencia (ergo, es lo único que el gobierno peruano debería hacer ante el aumento de los precios).
Esa analogía es equivocada porque la turbulencia, más allá del susto, no causa ningún perjuicio a los pasajeros (mientras que la inflación sí, sobre todo a los más pobres). La comparación correcta sería con un vuelo que por causas climáticas se retrasa y muchos de sus pasajeros pierden conexiones o reuniones importantes. Todos los que hayan pasado por esa situación saben muy bien que lo primero que hacen muchos pasajeros es pedir algún tipo de compensación a la aerolínea (¡incluso a pesar de que ésta no tiene la culpa!), y más aún, a veces las aerolíneas otorgan compensaciones –dependiendo de la gravedad del daño.
En fin, ahora toca aportar ideas para mejorar la propuesta de compensaciones del gobierno.

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